1 de junio de 2013
¿Alguna vez has ido de excursión por el sendero del Jardín de la Reina en el Cañón Bryce, Utah, EE.UU., el planeta Tierra?
Caminando por ese camino en este paisaje celeste nocturno, casi te puedes imaginar cómo tu viaje continúa por la pálida y luminosa Vía Láctea.
Por supuesto, el nombre de nuestra galaxia, la Vía Láctea (en inglés, Milky Way), hace referencia a su apariencia como una banda o un camino lechoso en el cielo. De hecho, la propia palabra galaxia deriva de la palabra griega para la leche.
Visible en las noches sin luna desde las zonas de cielo oscuro, aunque no tan brillante o tan colorida como en esta imagen, la banda celeste brillante se debe a la luz colectiva de miles de estrellas a lo largo del plano de nuestra galaxia, demasiado tenues para ser distinguidas individualmente.
La luz difusa de las estrellas es cortada por franjas oscuras de nubes de polvo galáctico que oscurecen.
Hace cuatrocientos años, Galileo dirigió su telescopio hacia la Vía Láctea, y anunció que era «… un conglomerado de innumerables estrellas …», tal y como podemos leer en su libro Sidereus nuncius, también conocido como Mensajero sideral (Descarga aquí el libro).
Crédito para la imagen & derecho de autor: Wally Pacholka (AstroPics.com, TWAN).
Traducción: www.astronomia-iniciacion.com.
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Mañana: Día Nublado
La Vía Láctea
/images/del-dia/13-06/via-lactea.jpgUn cápitulo de la serie-documental «El Universo» dedicado a la Vía Láctea.