Observar con cielo oscuro

Observar con cielo oscuro

Hay que planear viajes a lugares alejados de las ciudades para poder observar la Vía Láctea, los cúmulos estelares, las nebulosas y las galaxias.

Las luces urbanas se esparcen por encima de todas las ciudades y pueblos. Aunque a la Luna y los planetas no les afecta esta polución lumínica, las mejores vistas de los planetas las obtendremos en noches de buena visibilidad, cuando el aire no tiene turbulencias ni reverberación térmica.

El resplandor de la iluminación artificial impone una gran barrera a la contemplación del cielo.

Hay que planear viajes a lugares alejados de las ciudades para poder observar la Vía Láctea, los cúmulos estelares, las nebulosas y las galaxias. Las noches sin humedad y sin Luna, en fase menguante o nueva, son las mejores, porque la luz de la Luna puede impedir la visión de objetos débiles tanto como la contaminación lumínica de las ciudades.

En la imagen obtenida desde un satélite podemos ver que el problema de la contaminación lumínica resulta evidente en Europa y el norte de África. Quedan muy pocos lugares que puedan calificarse de verdaderamente oscuros en los lugares donde la densidad de población es mayor.

Por lo tanto, un lugar oscuro y lejos de las luces urbanas es el ideal para observar el cielo, porque así apreciaremos en todo su esplendor la acumulación de estrellas de la Vía Láctea.

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