27 de junio de 2013
Esta escena panorámica nocturna del 8 de junio mira a través de un perfil de Moscú desde lo alto del edificio principal de la Universidad Estatal Lomonosov de Moscú.
En el oscuro cielo por encima brillan extendidas nubes noctilucentes.
Desde el borde del espacio, a unos 80 kilómetros sobre la superficie de la Tierra, las nubes de hielo aún pueden reflejar la luz solar a pesar de que el propio Sol, observado desde el suelo, está por debajo del horizonte.
Por lo general son vistas a altas latitudes en los meses de verano. Estas apariciones diáfanas, también conocidas como nubes mesosféricas polares, han llegado temprano esta temporada.
Se entiende que las nubes estacionales se forman cuando vapor de agua impulsado hacia la fría atmósfera superior, la mesosfera, se condensa sobre las finas partículas de polvo proporcionadas por el humo de meteoros (desechos dejados por los meteoros cuando se desintegran) o cenizas volcánicas.
Su comienzo temprano de este año puede estar relacionado con cambios en los patrones de circulación a nivel global en la atmósfera inferior.
Durante este verano boreal, la misión AIM de la NASA proporciona proyecciones diarias de las nubes noctilucentes tal y como se ven desde el espacio.
Crédito para la imagen & derecho de autor: Sergey Lisakov.
Traducción: www.astronomia-iniciacion.com.
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Sciencecast: Humo de Meteoros crea Extrañas Nubes
Un ingrediente clave de las nubes más extrañas de la Tierra no proviene de la Tierra. Nuevos datos de la nave espacial AIM de la NASA demuestran que «el humo de meteoros» es esencial para la formación de nubes noctilucentes.
Crédito para el vídeo: ciencia.nasa.gov.
Traducción/sub-títulos: www.astronomia.iniciacion.com