La afición astronómica

La afición astronómica

Nos divertiremos más si compartimos la astronomía con otros aficionados.

La afición astronómica no tiene límites. Podemos disfrutar del cielo tumbándonos boca arriba, o mirando el espacio con un telescopio. También podemos hacer fotografía astronómica o formar parte de un programa de ayuda a la astronomía profesional. Pero siempre nos divertiremos más si lo compartimos con otros aficionados.

Muchas ciudades tienen una asociación de aficionados a la astronomía donde se convocan reuniones en locales o se hacen observaciones en lugares escogidos por su cielo oscuro. Estas son dos oportunidades para reunirse con otros observadores del cielo, aprender sobre el funcionamiento de telescopios variados y conversar sobre qué equipo comprar.

Disfrutaremos más de la astronomía si la compartimos con otros aficionados.

También existen asociaciones virtuales a través de Internet. Son miles los aficionados de todo el mundo que se reúnen a chatear, o se agrupan según las distintas vertientes de la afición, como la astrofotografía. Hay muchas revistas de astronomía que también tienen páginas en Internet con enlaces hacia listas de agrupaciones astronómicas.

La mayoría de los aficionados a la astronomía tiene suficiente con observar el cielo de manera ocasional. Pero hay otros que realizan observaciones con valor científico. Y es que la astronomía profesional depende de los aficionados para seguir los cambios de las estrellas variables, para barrer el cielo en busca de novas o para estudiar la actividad atmosférica de los planetas. Hay muchos aficionados astrónomo que han descubierto planetas y asteroides y que estudian las lluvias meteóricas.

Es conveniente que el astrónomo aficionado lleve un registro escrito de sus observaciones. Así pueden comprobar cuánto han aprendido en cuanto a observación, y es siempre interesante releer las impresiones de una noche de observación bajo las estrellas. Es útil describir lo que se observa, y en qué condiciones e incluso intentar hacer algún dibujo de lo que se ve al ocular. No se trata de hacer una obra de arte, sino de dibujar lo que se ve, porque así se obliga al cerebro a ver más y contribuimos con eso a desarrollar la destreza observacional.

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